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El aceite de semilla de uva se extrae a partir de la trituración de las pepitas que se encuentran dentro del fruto de la vid. Te mostramos su composición, para qué sirve y quiénes deben evitarlo.
Gracias a su aroma y sabor afrutado, el aceite de semilla de uva es muy utilizado en la maceración de carnes y preparación de vinagretas. También es apreciado en la cosmetología por sus altos niveles de ácido linoleico, un ácido graso omega 6 que puede mejorar la salud de la piel.
Extraído de las pepitas que se hallan en el fruto de la vid, este aceite le debe su popularidad a las grandes concentraciones de compuestos químicos que contiene. Entre ellos destacan las grasas poliinsaturadas y la vitamina E.
¿Cómo se procesa el aceite esencial de semilla de uva? ¿Cuál es su composición? ¿Qué usos tiene? Descúbrelo todo en detalle.
El aceite de pepitas de uva se obtiene a partir de las semillas de estos frutos, considerados un subproducto de la vinificación. Durante miles de años los productores de vino no supieron qué hacer con ellas. Sin embargo, la tecnología permitió que pudieran desarrollar un proceso en el que se extrae el aceite de los simientes.
Para hacerlo se trituran las semillas y se utilizan solventes. No obstante, existe preocupación por el uso de estas sustancias, dado que algunos, en este caso el hexano, están relacionados con efectos dañinos para la salud.
Ahora bien, los solventes suelen desaparecer en el proceso de fabricación y no existe evidencia científica de que los residuos de hexano en el aceite produzcan daños a corto o a largo plazo. Eso sí, el impacto ambiental puede ser preocupante
En ese sentido, asegúrate de que el aceite esencial de semillas de uva que adquieras indique cómo fue procesado. De otro modo, debes suponer que fue realizado con químicos.

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Composición del aceite de semilla de uva
Según una investigación publicada en Nutrition and Metabolic Insights, el aceite de semilla de uva cuenta con compuestos fenólicos y ácidos grasos insaturados que le confieren propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
En general, los ácidos grasos presentes en este aceite se distribuyen de la siguiente manera:
- 10 % saturados.
- 16 % monoinsaturados.
- 70 % poliinsaturados.
La mayoría de estas grasas poliinsaturadas consisten en omega 6. De acuerdo a estudios, está relacionado con un aumento en la inflamación del cuerpo si se compara con el omega 3.
Esto también se ve relatado en otras investigaciones que vinculan una alta ingesta de ácidos grasos omega 6 con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. No obstante, existe evidencia científica de que el ácido linoleico no altera las concentraciones en sangre de los marcadores inflamatorios.
En ese marco, no se puede asegurar que una dieta alta en ácidos omega 6 sea causante de patologías. Aún se requieren más investigaciones que arrojen resultados concluyentes.