Visitas : 264
SANTO DOMINGO, RD.- Si la indignación permanente de los dominicanos por la corrupción pública se materializara en un cambio de modelo, probablemente Guillermo Moreno sería el candidato perfecto para asumir las riendas del país.
Pero paradójicamente, el talante anticorrupción que demuestra no ha sido suficiente para calar en el electorado y alcanzar la Presidencia de la República.
Moreno, aspirante por el Partido Alianza País (ALPAIS), ha sido candidato a la Presidencia en cuatro ocasiones: la primera vez en 2008 por el Movimiento Independencia, Unidad y Cambio (Miuca), en 2012 por el ya constituido ALPAIS, en 2016 y para los comicios de este año.
Sus posiciones apuntan hacia un Estado en el que impere la legalidad, que haya una verdadera división de poderes, que la Justicia sea independiente y no un títere de los poderes fácticos.
La dureza de sus pronunciamientos causa roncha en sectores conservadores, pero él no transige en ser un abanderado de la lucha anticorrupción.
De hecho, tanto en los artículos que publica en diversos medios de comunicación, como en sus comparecencias, ataca la corrupción que atribuye al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
A ese partido le cuestiona por haber afectado la moral pública por los escándalos de corrupción y abuso de los recursos públicos.
Debilidades. Moreno, abogado de oficio, no es una figura mediática ni de fácil acceso para los medios de comunicación, lo cual lo distancia de los espacios de opinión.
Carece del carisma que requieren las actividades proselitistas, en países como República Dominicana, donde los liderazgos suelen mezclarse con las masas en busca de votos.
Otra de sus limitantes es que su partido, que es minoritario y nunca ha alcanzado el 5% de las votaciones, por lo que el financiamiento estatal que recibe es bajo para costear el tipo de actividad política que se desarrolla en el país.
Moreno está rodeado de personas de honestidad probada, sin embargo, ese valor agregado tampoco ha impactado al electorado para que ALPAIS pueda aumentar sus votos.
De hecho, en las últimas elecciones presidenciales y congresionales los votos han ido bajando.