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El CEO de Pfizer dijo qué hará la farmacéutica ante la “alta posibilidad” de que una nueva cepa de COVID-19 sea resistente a su vacuna actual
Albert Bourla indicó que si bien la versión actual del inoculante funciona contra las nuevas variantes, la farmacéutica está trabajando para que, ante la eventual aparición de una variante resistente, “dentro de 100 días o menos tengamos una nueva versión”.
“Entendemos que los gobiernos están bajo presión para vacunar a sus poblaciones, pero deben convencerse de que compartir es necesario para reflotar la economía y lograr la recuperación global”, subrayó el etíope.
El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, declaró por su parte que hay que encontrar un equilibrio entre vacunar poblaciones nacionales e involucrarse en las vacunaciones globales. Dijo que eso es algo en lo que su país está muy involucrado a través de su participación financiera en las iniciativas de la OMS para distribuir vacunas y fármacos contra el COVID-19.
“Necesitamos, sin embargo, vacunar nuestra gente”, señaló Spahn, en un día en el que la Unión Europea anunció restricciones a la exportación de vacunas y componentes para producirlas, algo a lo que la OMS reaccionó mostrando preocupación.
Ante las actuales tensiones, también entre gobiernos y productoras (como ha ocurrido esta semana entre la UE y AstraZeneca) el ministro alemán aseguró hoy que “el enemigo común es el virus, no la industria farmacéutica”, pero admitió que “todo el mundo está desesperado por conseguir las vacunas, y Europa también”.
Con información de EFE