El Presidente de Rusia, Vladimir Putin. | EFE
Rusia no ha reconocido a Transnistria como independiente, como sí lo ha hecho con otros territorios separatistas, como Osetia del Sur, Abjasia y las regiones ucranianas de Donetsk y Luhansk.
El reconocimiento de esas áreas ocurrió ya sea después de la guerra entre Rusia y Georgia en 2008, o como justificación para la invasión de febrero a Ucrania. Si se detonan combates en Transnistria, se podría modificar el cálculo político del Kremlin. Las política de seguridad de Rusia establece que tiene el derecho a proteger a poblaciones étnicamente rusas fuera de sus fronteras.
Una alta autoridad militar rusa, Rustam Minnekayev, dijo la semana pasada que las fuerzas de su país estaban apuntando a tomar control completo del sur de Ucrania, afirmando que esa acción podría crear un corredor terrestre entre Rusia y Transnistria.
Para lograr ese objetivo militar, Rusia necesitaría de batallas significativas para capturar la costa ucraniana del Mar Negro, incluyendo el gran puerto de Odesa. Los soldados rusos encontrarán enorme resistencia en esa zona.
«Rusia tiene problemas de logística. Si comienzan una operación militar en Transnistria, para crear un corredor hasta ese territorio, deben resolver el problema de Odesa«, afirma a la agencia AP el analista moldavo Anatol Taranu, ex embajador en Rusia.
El contingente ruso en Transnistria está enfocado en resguardar municiones y almacenes, por lo que no está claro qué tan preparado está para entrar en combate. Transnistria adicionalmente cuenta con 10.000 soldados propios.
Moldavia es constitucionalmente neutral, por lo que Rusia no podría citar que el país esté buscando ingresar a la OTAN como para justificar una invasión, como sí lo hizo Vladimir Putin con Ucrania. Pero expandirse a Moldavia le daría a Rusia una presencia cercana frente a otro miembro de la OTAN: Rumania.
Taranu afirma que, desde un punto de vista estratégico, anexar Transnistria no parece ser sensato. «Pero hay una lógica política«, advierte, considerando el fracaso de Rusia de tomar control de la capital ucraniana, Kiev, y la intensa resistencia que han puesto las fuerzas locales. Putin «tiene que dar alguna noticia de éxito«, afirma Taranu, haciendo notar que el líder ruso podría necesitar algún tipo de logro para el 9 de mayo, jornada en que se celebra el Día de la Victoria, el feriado no religioso más importante del país.