Visitas :
108
La digitalización de la banca, clave para la recuperación
Por ejemplo, muchas personas de avanzada edad no se habían atrevido hasta entonces a consultar movimientos mediante la App de su banco, a hacer transferencias a través del ordenador o simplemente a pagar mediante una tarjeta sin contacto. Durante estos meses lo han probado y han decidido repetir. De hecho, tras la pandemia, el 50% de los clientes de la banca son ya digitales. En el caso de algunas entidades, la cifra asciende hasta el 70%.
Del total de la inversión en i+D+i empresarial, el 8,9% lo origina la banca
Asimismo ha aumentado la venta de productos financieros online –suponen ya casi la mitad de las contrataciones– o la consolidación de nuevos servicios como Bizum –envío de dinero entre particulares– que ha sumado más de 2,5 millones de usuarios nuevos.
Y todo ello ha sido posible gracias a la solidez y la capacidad de adaptación de la infraestructura tecnológica que han desarrollado las entidades bancarias y que está demostrando su correcto funcionamiento y utilidad durante todos estos meses, a pesar del volumen excepcional de operaciones.
Efectivamente durante el confinamiento más duro y en las actuales circunstancias, la digitalización de la banca ha permitido a empresas y familias acceder a los servicios financieros en todo el territorio nacional, incluidas zonas remotas, de una manera segura y fiable. Al mismo tiempo se ha mantenido la atención personalizada al cliente, incluso en operaciones complejas como las moratorias o los préstamos ICO a autónomos y empresas.
Además, el sector ha resultado clave para ayudar a la digitalización de las pymes, que han tenido que adaptarse en tiempo récord para poder mantener sus servicios y obligaciones de pago.
Y todo sin descuidar la atención física, crítica para mantener la inclusión financiera y no expulsar de los servicios a los colectivos con más limitaciones para operar con su entidad a través de la tecnología. Este compromiso con todos los clientes, se refleja en que seguimos siendo uno de los países europeos con mayor número de oficinas por 100.000 habitantes, con 5,1.
De cara a los próximos meses, la banca va a jugar un papel crucial al actuar como palanca durante la recuperación económica en varios sentidos. Dada su importancia en la actividad de los agentes económicos y los vínculos financieros de largo plazo que unen a pymes y bancos, el sector puede generar un efecto arrastre significativo en la digitalización de nuestro tejido productivo, empezando por las pymes.
La pandemia está evidenciando la necesidad de que estas aceleren su transformación, poniendo, por ejemplo, en marcha canales no presenciales de negocio. De hecho, según CEPYME, antes de la crisis, sólo el 14% de las pymes tenía una relación estable con la digitalización. La banca tiene la experiencia y el conocimiento necesarios para acompañarlas y afrontar este salto digital.
Además, no hay que olvidar que la digitalización va a centrar buena parte de las ayudas del Plan Nacional de Reconstrucción de la UE, que va a permitir poner en marcha numerosos proyectos de inversión que van a requerir cofinanciación de la banca. Hablamos de proyectos esenciales para el desarrollo de un nuevo modelo económico, ya que la transformación digital es una herramienta clave para generar valor y contribuir a la recuperación.