Si no pierdes peso, puede ser por un déficit de vitamina D. Esta situación reduce la sensibilidad a la insulina y evita que se oxiden grasas de manera eficiente.
El nivel de vitamina D en la sangre puede estar muy relacionado con la pérdida de peso. Incluso, desde varios puntos de vista distintos.
Estamos hablando de uno de los nutrientes deficitarios por excelencia y con gran relevancia dentro de la fisiología del cuerpo humano. A continuación te contaremos lo que debes saber al respecto, para que seas consciente de la necesidad de optimizar la síntesis endógena de dicho elemento.
Para evitar déficits a nivel nutricional conviene plantear una dieta variada y equilibrada. Será clave incluir muchos alimentos distintos, pero siempre tratando de ingerir la misma cantidad de calorías que se gastan. Sin embargo, con la vitamina D hay algunas consideraciones más, ya que la exposición solar influye en su síntesis y metabolismo.
Niveles de vitamina D en las personas con sobrepeso
Lo primero que debes saber es que las personas con obesidad y sobrepeso tienden a presentar unos niveles de vitamina D circulantes inferiores. En estos casos, los déficits suelen ser más marcados.
Esto se debe a que estamos hablando de un compuesto liposoluble, es decir, que se acumula en la grasa. A mayor cantidad de este tejido, menor disponibilidad del elemento para el desarrollo de las funciones fisiológicas. Un estudio publicado en la revista Jornal de Pediatria lo confirma.
De este modo, no es de extrañar que cuando se comienza a perder peso, los niveles del nutriente en la sangre comienzan a incrementarse. En principio, se considera algo positivo, aunque podría tener efectos nocivos si se exceden los rangos máximos recomendados.
No es algo frecuente. Se tendría que perder mucho peso y muy rápido.
Sea como fuere, para evitar alteraciones de este tipo, conviene hacerse una analítica sanguínea regular. Así se valorará también la necesidad de suplementación en caso de déficit.
No debemos olvidar que mantener los niveles bajos del nutriente aumenta la incidencia de muchas patologías crónica. Esto lo evidencia una investigación publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences.
Deficiencia de vitamina D y problemas para perder peso
Es clave comentar que mantener un déficit sostenido de vitamina D puede dificultar la pérdida de peso, facilitando la acumulación de tejido adiposo subcutáneo. Esto es debido a la génesis de un estado inflamatorio derivado de la progresiva resistencia a la insulina. A partir de aquí, el organismo se vuelve ineficiente a la hora de utilizar ácidos grasos como sustrato energético, por lo que estos tienden a reservarse.
Sería fundamental mejorar los hábitos de exposición al sol para lograr mantener la vitamina D en un rango óptimo, revirtiendo el problema. Hemos de destacar también que el propio déficit condicionará los valores de fuerza, según refiere un estudio publicado en Journal of Strength and Conditioning Research . El resultado es una menor capacidad de ejecutar ejercicio físico, lo que interna a la persona en un bucle hacia la ganancia de masa grasa.
Por si todo esto fuese poco, una dosis circulante insuficiente de vitamina D en el organismo dificultará la homeostasis del calcio. Se fijará menor cantidad del mineral en los huesos.
Así, no solo se experimentará sarcopenia con el paso de los años, sino también osteoporosis. Ambas patologías condicionan de manera muy negativa la calidad de vida, incrementando la incidencia de otras muchas enfermedades crónicas.
¿Cómo aumentar los niveles de vitamina D para no bloquear la pérdida de peso?
En personas sin obesidad es preciso fomentar buenos hábitos de exposición a la luz solar para mejorar los niveles de vitamina D y promocionar la pérdida de peso. Lo mejor es exponerse al sol fuera de las horas centrales del día, durante unos 15 o 20 minutos.
Esta rutina ha de ser progresiva y constante. Las quemaduras provocadas son dañinas para la piel y se pueden evitar con los recaudos específicos.
El uso de protector solar puede demorarse unos 10 minutos si nos exponemos fuera del horario central. Luego, de continuar al sol, habrá que colocarse la crema sí o sí.
No obstante, conviene siempre revisar los etiquetados de los productos protectores para evitar los posibles disruptores hormonales de sus ingredientes. En caso de estar presentes, se podría ver alterada la síntesis de testosterona y de otras sustancias internas, lo que también afectará negativamente a los valores de fuerza muscular y a la capacidad de perder peso.
Un déficit de vitamina D puede condicionar la pérdida de peso
Un déficit de vitamina D condiciona negativamente la pérdida de peso, aunque también puede estar asociado a situaciones de obesidad. Hablamos de un nutriente fundamental para consolidar un buen estado de salud a mediano plazo, por lo que será determinante mantener los rangos óptimos
Una solución puede ser recurrir a la suplementación.
Hay que hacer especial hincapié en la necesidad de mantener una serie de buenos hábitos en conjunto para prevenir el desarrollo de patologías crónicas. No solo basta con comer bien y exponerse al sol, sino que será necesario practicar ejercicio físico de manera regular.