El vuelo 1182 de All Nippon Airways realizaba un viaje de cabotaje con destino a Toyama antes de volver a la terminal aérea de Sapporo-New Chitose, en el norte del país.
La grieta se encontró en la exterior de las cuatro capas de ventanas que rodean la cabina, afirmó un portavoz de la aerolínea.
«La grieta no fue algo que afectara el control o la presurización del vuelo», destacó.
En la aeronave viajaban 59 pasajeros y seis tripulantes, ninguno de los cuales resultó herido, anunció el vocero.
Aviones bajo escrutinio
Boeing ha estado bajo escrutinio después de que a principios de enero un avión de Alaska Airlines con 171 pasajeros y seis miembros de la tripulación sufriera una despresurización al reventarse una ventanilla y desprenderse parte del fuselaje en pleno vuelo. El Boeing 737-9 MAX, que salió de la cadena de montaje hace apenas dos meses, aterrizó de emergencia en el aeropuerto internacional de Portland y nadie resultó herido.
En ese contexto, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó el pasado sábado la inmovilización temporal de determinados aviones Boeing 737-9 MAX operados por aerolíneas estadounidenses o en su territorio.
Esta no es la primera vez que se ordena mantener en tierra aparatos 737 MAX, el modelo más vendido de Boeing.
Tras los dos accidentes mortales que en 2018 y 2019 costaron la vida a 346 personas en Etiopía e Indonesia, vinculados a un ‘software’ de cabina mal diseñado, este modelo de avión fue inmovilizado durante 20 meses en todo el mundo.