Durante la tradicional carrera de rodado del huevo, parte de la celebración de la Pascua en la residencia presidencial, el periodista Al Roker de la NBC le preguntó al líder estadounidense sobre su mejor recuerdo de sus más de tres años viviendo en la Casa Blanca.
«Nuestros hijos saltando en la cama con nosotros», respondió inicialmente Biden, antes de corregirse.
«Nuestros nietos, cuando están aquí, se acercan sigilosamente y saltan a la cama con nosotros», dijo el presidente.
«Ese es mi recuerdo favorito aquí.
Les encanta», aseveró.
«Les encanta pasear por los pasillos […] Hay dos pisos arriba, muchas habitaciones, es una residencia privada.
Y les encanta bajar», continuó.
Los nietos no tan pequeños de Biden
Cinco de los siete nietos del mandatario tienen más de 18 años.
La abogada Naomi Biden, de 30 años, es la mayor y vivió brevemente en la Casa Blanca antes de su boda en noviembre de 2022 con Peter Neal.
Otros cuatro (Finnegan, Maisy, Natalie y Hunter) tienen entre 18 y 23 años.
El sexto, Beau, de cuatro, hijo de Hunter Biden, es visto con frecuencia con el presidente en público.
En julio pasado, Biden reconoció públicamente por primera vez a su séptima nieta, Navy Joan Roberts, hija ilegítima de Hunter.
Navy Joan cumplirá seis años en agosto y aún no ha conocido a su abuelo.
El hijo del presidente luchó en los tribunales para impedir que la niña adoptara el apellido Biden.
Anécdotas que no cuadran
El mandatario estadounidense tiene la larga costumbre de contar anécdotas personales en un intento de relacionarse con su audiencia, algunas de las cuales, tras una investigación más profunda, no cuadran con la realidad.
En una ocasión Biden afirmó que le regaló a su tío un Corazón Púrpura (una condecoración del Ejército estadounidense), del cual no hay registro, y ha asegurado repetidamente que los bomberos del estado de Delaware salvaron a la primera dama, Jill Biden, de un incendio en su residencia, aunque los socorristas calificaron el hecho como un incendio menor en la cocina, recoge New York Post.